Siempre hay que escuchar a tu alma...ojo con los tontos

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Fernando Peña

Diálogo de una prostituta con su cliente

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Mi ego tiene hambre y quiere brillar. Dar todo, pasión que mata tu apatía y siempre quiere más. Verborrágico, hijo de puta, pero de los que piensan, razonan, sienten.
Siempre franco, verdadero, procaz. Gritabas tus verdades y escupías en la cara de quien escuchaba, como un trovador enloquecido ensuciabas las paredes con palabras que por temor nadie pronunciaba. Esas palabras muchas veces las sentí mías.
Un referente ante la disconformidad. Defensor de la verdad. Enemigo del silencio.
Fuiste aniquilando hipocresías en esta vida tan poco audaz; con vehemencia en la voz y locura como bandera.
Marginados, putos, raros, amas de casa, putas, viejas chotas, negros, trabas, chetos, viejos amargados, nerds todas las voces...hoy en silencio.
Voy a extrañar tu cerebro, tus mecanismos, tu forma de pensar.