Los darks argentinos se suben al samba pero no le cantan a Manson
Marilyn Manson, considerado como una figura polémica, ha dejado en su paso por el estrellato huellas musicales y diversos escándalos, y acepta que la mitad de su show recae en el glamour, el impacto visual y la provocación premeditada.
Al participar en un encuentro como este, donde los cuerpos teñidos de negro decoran el lugar, uno siente cierta expectativa por parte del público. Remeras abultadas con el rostro demacrado del músico recorrian ansiosas el lugar. Al ingresar al Club Ciudad no podias evitar advertir la presencia de un numeroso grupo de seguidores dejándose llevar por la errática fuerza de la inercia generada por una máquina conocida entre los mortales como “Samba”. Para mí sorpresa este extraño artefacto logró arrebatar todo impulso o actitud necesaria para participar de un concierto de rock alternativo/gótico/industrial…etc.
Además de ir a ver y escuchar a Manson, tenemos la oportunidad de presenciar una reunión social que no se da todos los días. Le gente parecía inmersa en un letargo impoluto; no parecían reconocer que se encontraban frente a su ídolo máximo.
La respuesta del público hacia los ademanes, gritos e intentos desesperados del cantante por lograr una respuesta animada fue devastadora. Como fans, el desempeño fué paupérrimo. La gente no canto (¿será tal vez por desconocer las letras de las nuevas canciones?) El clásico cántico de cancha (Olé, olé olé…Manson..Manson) parecía ser la única respuesta viable por parte de la audiencia. Luego de descargar (reiteradas veces) su ira contra los micrófonos, pies (base donde los cantantes suelen colocar el micrófono) y cámaras de tv, Manson finalizó su concierto casi divorciado de sus cuerdas vocales. Buen sonido, buena música y a pesar de los kilitos de más Brian Hugh Warner le puso onda.
Al surgir en la década de los 90, sus primeros cuatro años fueron de búsqueda para establecer una imagen, concepto y sonido propios que representan una dualidad entre el bien y el mal, así como el glamour y el horror.
Comentarios
La verdad fue muy decepcionante y para mi, no solo no se sabian las letras, si no que no entendian lo que decia. En fin, completamente de acuerdo.