Foo Fighters ocasiona un temporal en Buenos Aires

Llegar a la cancha de River fué fácil, encontrarse con amigos también, subir las escaleras hacia las plateas fué duro pero nada comparado con sobrevivir a una noche épica de rock.

Llegó la noche y tras escuchar por algunas horas a diferentes bandas argentinas, era el momento de escuchar a los Artic Monkeys, banda inglesa de jovenes músicos que desembarcan en los puertos de la pubertad, enamorando a miles de damiselas seudoadolescentes. El sonido era realmente horrible, casi como escuchar una bola de ruidos con eco que bailaba con el viento, perjudicando la performance de cualquier músico terrenal.

El malestar era evidente, buscar diferentes asientos era la actividad del momento, mirando esperanzados cualquier rincón donde la bola de sonido indecifrable llegue a emitir audio entendible para el oído humano. Lejos de disfrutar el show, llega la lluvia anunciada, tan descarada fué la velocidad con la que el agua caía que la mayoría de los espectadores sordos y ahora mojados decidieron buscar refugio. La noche amenazaba con terminar sin un buen sonido y sin nada de rock, los Artic Monkeys seguían tocando para los afortunados espectadores en el campo, la gente en las gradas habia desaparecido.

-Gracias lluvia y viento infernal por hacer las cosas peores. Entre el murmullo desahusiado estaban los predicadores del mal que anunciaban el fin de este concierto, algunos reclaman un justiciero reembolso por el desastre de la organización, en medio de todas esas caras largas decidimos irnos, volver a casa sin escuchar a los Foo, sin bailar ni saltar. Bajando lentamente las escaleras de la derrota podiamos sentir como la lluvia detenía su galope incesante.

Caminamos hacia un tunel desde donde vimos una luz brillante, decidimos ir a ver por última vez antes de regresar a casa, sin saberlo terminamos en el campo vip, ya sin lluvia, pero aún mojados, caminando por el barro con la ilusión de haber llegado a la meca del rock, después de algunos minutos de silencio, los Foo salieron a tocar. Otra batalla ganada por el rock, a no perder la esperanza.