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Deja de planear cada paso, cambia metodología por trabajo de campo, acepta aquello que no podes cambiar, pero no dejes de intentar, enfrentá la cosa, objeto persona, razón de tanta inconformidad, hablale de frente, mirala a los ojos, modulá y pronuncia cada palabra con claridad, trata de hacerla entrar en razón, escapate de sus justificaciones, pero nunca trates de mentirle porque te conoce demasiado y sabe que detrás de cada mentira vas a encontrar esa flojera humana que nos define a todos como especie, esa cualidad irreversible en algunos, la falta de coraje. Merodear por esa misma deuda, subirse a esa queja continua de lo que deberías ser, tener, es un comportamiento obvio y paralizante, no existe nada más alienante que la falta de deseo, ahora tené esta misma conversación, pero esta vez tratá de aceptar que todos mienten en algún momento, por alguna u otra razón, algunas mentiras son más nobles que otras, pero mentiras al fin.